viernes, diciembre 01, 2006

Abejas

Científicos americanos entrenan abejas para detectar explosivos

Un grupo de científicos de un laboratorio armamentístico de Estados Unidos han descubierto a unos poderosos aliados en el campo de la detección de explosivos: las abejas. Los investigadores han entrenado a los insectos para que sean capaces de detectar bombas mediante su olfato. La iniciativa forma parte de un proyecto que, los científicos afirman, podría tener importantes aplicaciones en la seguridad de Estados Unidos y en la guerra de Iraq.

Los investigadores del Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo Méjico afirman haber enseñado a un grupo de abejas recolectoras a extender su proboscis (el tubo que emplean para recoger el néctar) cuando detectan el olor de sustancias explosivas en todo tipo de objetos, desde coches o dispositivos eléctricos hasta cinturones similares a los empleados por los terroristas suicidas.

La mecánica del programa de entrenamiento fue sencilla: al exponer a los insectos al olor de los explosivos para a continuación premiarlos con una pequeña cantidad de agua azucarada, los científicos lograron que las abejas reconocieran sustancias explosivas diversas, desde dinamita o explosivos plásticos hasta granos de Howitzer, un tipo de pólvora empleada en la fabricación de bombas en Iraq.

"Cuando las abejas detectan la presencia de explosivos, extienden su proboscis", señaló Tim Arman, uno de los científicos integrantes del programa. "No hay que ser un experto en comportamiento animal para darse cuenta de que no hay ninguna ambigüedad (en ese comportamiento)", añadió Haarmann.

El descubrimiento ha seguido a 18 meses de investigación en las instalaciones de Los Alamos, pertenecientes al Departamento de Energía de Estados Unidos y el laboratorio de armamentística nuclear más importantes del país.

"Estamos muy excitados con el éxito de nuestra investigación, ya que podría traer consecuencias muy importantes para la defensa y la seguridad (de nuestro país)", señaló Arman.

Y aunque los científicos ya habían hecho estudios similares con avispas, Haarmann no dudó en señalar la importancia de los experimentos con abejas. Experimentos que, augura, se muestran mucho más prometedores que los anteriores estudios con avispas, especialmente por lo que concierne a su versatilidad.

Las abejas no solo pueden transportarse en detectores de mano del tamaño de una caja de zapatos, sino que podrían utilizarse para detectar explosivos en aeropuertos, carreteras y puestos de seguridad, o incluso ser integradas en equipos robóticos destinados a la detección de bombas.

El próximo paso, afirmó, sería manufacturar cajas de abejas y guardias de seguridad entrenados para utilizarlas correctamente: "Sería estupendo empezar a salvar vidas con esto", concluyó el científico.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No a las corridas de toros, no a los experimentos con animales (de todo tipo, insectos incluidos) para fines científicos, no a los espectáculos populares y festivos con animales, no a la utilización de animales en espectáculos circenses, no al maltrato de animales, no al abandono de animales.
Un NO rotundo a comer animales.

Anónimo dijo...

No a las corridas de toros, no a los experimentos con animales (de todo tipo, insectos incluidos) para fines científicos, no a los espectáculos populares y festivos con animales, no a la utilización de animales en espectáculos circenses, no al maltrato de animales, no al abandono de animales.
Un NO rotundo a comer animales.