domingo, septiembre 03, 2006
Indios
Los indios no tienen ni un pelo de tontos
Los pelos en la India no son única y exclusivamente una ofrenda que se dona a los dioses. Esta milenaria tradición se ha convertido en un valioso filón económico que ha convertido al país en el mayor exportador de pelo natural del mundo.
Como cada año, los fieles acuden a los templos hindúes a entregar sus cabellos a los dioses, una muestra de respeto y gratitud, que con los años ha dejado de ser patrimonio del universo espiritual y se ha convertido en algo más concreto y práctico: Un lucrativo negocio que aporta a la economía india alrededor de 300 millones de dólares.
Entre los templos más conocidos, donde se recolecta el cabello humano, se encuentra el de Tirumala Balaji, situado en el sur de la India. En este sagrado lugar la practica religiosa de raparse data de hace más de 1200 años y se calcula que nueve millones de devotos visitan el templo para donar sus cabellos, por lo que es uno de los más ricos del mundo, gracias al negocio de los pelos.
"Según la tradición Vishnavite, raparse el cabello es un acto que simboliza desprenderse del ego", explica un portavoz del templo, que añade que "antes la gente se afeitaba en su casa y venía a hacer la ofrenda, pero ahora tenemos un sistema centralizado".
Para tener una idea de la susodicha centralización, bastaría conocer que el templo de Tirumala se compone de un edificio de cuatro plantas, donde hay 665 peluqueros que pelan cada día unas 20.000 cabezas.
Donar sus cabellos es también, según la tradición, una manera de cumplir una promesa, después que los dioses les hayan concedido algún deseo importante, como puede ser tener una buena cosecha, tener un hijo o curarse alguna enfermedad.
El pelo recolectado en Tirumala es, en general, muy apreciado por su buena calidad, porque sus propietarias no lo han sometido a tratamientos con productos químicos. Además de que el pelo para las mujeres indias es considerado un símbolo de belleza al que normalmente cuidan y miman con masajes y productos naturales.
El precio del pelo depende, por supuesto, de la longitud. Cuando tiene más de 40 centímetros puede llegar a alcanzar un valor de 212 dólares el kilo, mientras que si es más corto se vende a unos 80 dólares.
El pelo de menos de 20 centímetros se vende a tan sólo 0,25 dólares el kilo y se utiliza, según afirma la revista India Today, para extraer la proteína L-Cisteina, que se emplea en la elaboración de múltiples productos de consumo, incluidos algunos alimenticios.
Una curiosidad: el pelo más valorado es el gris y mientras más largo mejor pagado será. El mayor consumidor del pelo indio es Hollywood, la meca del cine norteamericano, que lo compra cuando este ha sido ya convertido en peluca.
¿Sabrán los devotos hindúes adonde van a parar sus cabellos?
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